La evolución de una artista

Unas veces nos vestimos según nuestro estado de ánimo. Otras, siguiendo las últimas tendencias. Pero hay excepciones que siempre dan que hablar. Y si no, que se lo digan a Christina Aguilera.

Christina Aguilera siempre ha sido una adolescente sorprendente. Con tan sólo 19 añitos publicaba su primer disco, Christina Aguilera (1999), y lo convertía en todo un éxito. Además de un vozarrón, poseía un cuerpo digno de admiracíon, y era un icono a imitar por todos sus fans. Su aspecto de niña dulce, frágil y de sencillez enamoró a la audencia. Una imagen con la que, todo hay que decirlo, muchas cantantes nos "encandilan" en sus inicios (las comparaciones con Britney Spears eran inevitables), y que por desgracia, se distorsiona con el tiempo.

Su segundo disco de canciones tanto en inglés como en castellano, Mi Reflejo, nos muestra una evolución notoria de la artista, y no sólo en cuanto a aptitudes vocales. Su media melena natural adquiere mechas rojas, su indumentaria se vuelve más pop y actual, quizás también más sexy, para después evolucionar en una estética más romántica y suave. No se me olvida mencionar el hecho de que, en cuanto a fisonomía se refiere, su índice de delgadez era bastante alarmante, como puede apreciarse en la primera instantánea.

La pequeña Christina había crecido, y así, se convirtió en famosa. No sólo por la fuerza de su voz y su variedad de registros. La cantante comienza a formar parte del grupo de celebrities que destacaban en las galas y otros eventos  mediáticos gracias a su indumentaria y por qué no decirlo, excentricidades. Colaborar en el tema "Lady Marmelade" de la película Moulin Rouge (2001) acrecentó su imagen transgresora y que parecía absorver todo tipo de críticas: maquillajes marcados y recargados peinados; estilismos que iban desde provocativos conjuntos hasta el extremo, pasando por vestidos que parecían salidos del baúl de una película grotesca. Pero como artista polifacética, volvía a sorprendernos de repente para ofrecernos una estética más dulcificada y pastel, como en su colaboración con Ricky Martin. 

 

Después llegó el disco Stripped, seguido de un nuevo cambio de look así como musical, ya que ésta cinta incluía canciones escritas por ella misma. Ofrecía una imagen aún más agresiva y rompedora si cabe, desde la estética más bohemia y hippie hasta volverse una pequeña leona de melena azabache, con la que nos mostraba su lado más rockero, más gamberro, y en algunas ocasiones, llevado hasta el extremo. ¿Qué me decís de la última fotografía?.

 

Christina lanzó Back to basics (2006), y después de una pausa en la cual se convirtió en madre, lanzó un álbum recopilatorio, Keeps Gettin' Better; A Decade of Hits (2008). Los años no pasan en balde, y desde luego el hecho de haber sido mamá quizás tuvo también mucho que ver. Sin embargo, la artista parecía sentirse a gusto con su imagen ahora más 'rellenita' que tampoco duraría mucho, debido a que planeaba su primer película, y también lanzó su nuevo álbum Bionic (2010), en el que incorpora aspectos de electro y synthpop. Aquí su estilismo podría compararse fácilmente con otra artista del momento, Lady Gaga. Sólo hay que fijarse en la estética del videoclip así como bailarines, maquillaje, historia...

Así llegó el estreno de la película Burlesque ese mismo año, siendo su primer papel protagonista junto a Cher. El film ha sido candidato a los premios Golden Globe y y a los Grammy gracias a su banda sonora, a cargo de ambas artistas. Es la (típica) historia de una chica de Pueblo, Ali, que decide trasladarse a Los Ángeles para cumplis su sueño de ser artista. Allí se tropieza casualmente con la Sala Burlesque, un majestuoso teatro donde comienza trabajando de camarera hasta que se le presenta la oportunidad de mostrar todo su potencial y así cambiar la hostelería por el escenario. ¿No os recuerda un poco a la trama de la película Coyote Ugly (2000), tan sólo con unas pequeñas variaciones del guión? 

 

 

La actriz ya había comentado que durante su juventud la báscula ya le había causado algún que otro problema: "Durante la promoción de "Stripped", en 2002, yo era una chica blanca, de ojos azules, melena rubia y muy delgada. Allí fue cuando me cansé. Empecé a comer y gané unos 7 kilos a lo largo de la promo y de la gira Stripped Tour. Cuando me presenté de nuevo ante mi sello discográfico, tenía un montón de piercings y estaba bastante más gorda; les costó mucho digerirlo". Los cambios 'yoyó' parecían haberse apoderado de la cantante, y parecen no afectarle en absoluto. Pero en mi opinión una cosa es comer lo que nos apetezca y así ofrecer una imagen más 'saludable' (comparada con la anterior a la que nos tenía acostumbrados), y otra, rozar los límites del sobrepeso. Como muestra de ello, las siguientes imágenes hablan por sí solas.

 

 

Ofrecer unas imágenes como las anteriores no sólo peligran su puesto en el mundo de la música- ya que, como bien sabemos, las discografías no venden si el/la cantante no ofrece la imagen deseada- sino también su salud. Ni uno como otro estado anímico me parecen saludables: el primero, porque la imagen que ofrece puede hacer saltar la alarma de que un proceso anoréxico- bulímico se esté apoderando de la artista; el segundo, llegar al extremo de engordar sin remedio para nada es comercial, y además, dispara las críticas a su alrededor. 

Durante el 2011 al 2012 Christina fue juez del programa musical The Voice, y realizó colaboraciones con cantantes como Maroon 5, en el sencillo "Moves like Jagger", coincidiendo con su último álbum, Lotus (2012), y con el rapero Pitbull con el tema "Feel this Moment". En ambos singles, y puede que debido a sus futuras nupcias, la cantante ha aparecido con menos curvas, y además, ha publicado recientemente en sus redes sociales una instantánea con su nueva figura mientras grababa un dueto con el mexicano Alejandro Fernández en el tema "Hoy tengo ganas de ti", vistiendo un escueto top y unas mallas negras, mostrándose de lo más sensual. La cantante está más espectacular que nunca, y para mí, espero que siga así.

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